20/1/16

TEMA 6. METODOLOGÍA CLIL/AICLE

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En los centros educativos de Europa se tiende cada vez más al plurilingüismo. Una de las medidas que se establecen hoy en día en cada vez más centros es la metodología AICLE (Aprendizaje Integrado de Contenidos y Lenguas Extranjeras) o CLIL, por sus siglas en inglés (Content and Language Integrated Learning). Sin embargo, forma parte de nuestro sistema desde antes de la última Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Educación (LOMCE), pues se implantó en Europa ya en los años 90.

¿Para qué sirve esta metodología?

El principal objetivo de la metodología AICLE es conseguir una mejora de la competencia lingüística en una segunda lengua (L2). Para conseguirlo, se busca una inmersión lingüística parcial mediante la enseñanza y aprendizaje de idiomas en las áreas no lingüísticas (ANL). Es decir, algunas materias son impartidas en la lengua materna de los alumnos, mientras que otras se imparten en la L2 que se haya establecido.

¿Cuáles son sus principios básicos?

En primer lugar, con esta metodología se busca utilizar la lengua para aprender los contenidos de una materia y, a su vez, aprender la lengua para poder comprender y comunicarse.

Como segundo principio, nos encontramos que de acuerdo con la materia que se está impartiendo, será necesario un tipo de lenguaje u otro. Igualmente, las destrezas variarán de una materia a otra.

Por último, la fluidez en la L2 prima frente a la corrección gramatical y lingüística. En las clases de idioma se prestará atención a estos aspectos, pero en las demás áreas lo importante es que los alumnos puedan acceder al contenido. Sin embargo, no se debe tampoco dejar de lado la corrección, pues puede ser un obstáculo para la comprensión.

¿Qué características tiene la metodología AICLE?

La metodología AICLE propone una enseñanza centrada en los alumnos. Además, es una enseñanza flexible y facilitadora que busca atender a los distintos estilos de aprendizaje. Se trata de una forma de aprendizaje muy interactiva y autónoma gracias a las técnicas de trabajo y de evaluación. Otra característica importante es el uso de múltiples recursos y materiales, especialmente las TIC. Y, por último, es una metodología enfocada a procesos y tareas para los que los alumnos tendrán que utilizar la lengua: las mejores tareas promueven el aprendizaje del contenido y el uso comunicativo de la L2.

Andamiaje: un concepto clave

El andamiaje es fundamental en esta metodología. Conocido como scaffolding en inglés, está relacionado con la zona de desarrollo próximo (ZDP) de Vigotsky. Se trata de las estructuras, actividades o estrategias de apoyo que el profesor aporta para que el alumno pueda construir el conocimiento. Es necesario tanto para los contenidos de las materias como para el aprendizaje de la lengua.

¿Cuáles son las desventajas de esta metodología?

La metodología AICLE no solo consigue buenos resultados lingüísticos, sino que también se trabajan otras áreas: los contenidos, la cognición, la cultura y el centro educativo en general. Es decir, implantar esta metodología puede servir no solo para conseguir el objetivo específico de mejorar la competencia lingüística.

Con tantos buenos resultados, parece que esta podría ser una gran metodología para usar en los centros educativos. Pero, ¿cuáles son sus problemas? El fundamental es la falta de competencia lingüística por parte del profesorado. Cualquier docente que imparta su materia en una L2, necesita ser un usuario competente en esa lengua. Sin embargo, en España hay muchos docentes que no tienen el nivel necesario para poder impartir sus materias en una L2, por lo que la metodología no puede obtener buenos resultados.

Lo ideal sería poder contar con profesorado nativo o con docentes preparados no solo en sus materias, sino también en la L2 en la que se imparta el programa AICLE. Y es que no serviría de nada que los profesores de la lengua se encarguen de las áreas no lingüísticas, porque entonces les faltaría la preparación en esas materias.

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